viernes, 20 de septiembre de 2013

HACIENDO CAMINO Y CREANDO LAZOS

 
Las comunidades de Filipinas eran conscientes del encargo de expansionar la Congregación por otros países asiáticos y también estaban inquietas por la pastoral vocacional, dejando en las parroquias, en los institutos de teología, en los centros de formación de Manila, folletos dando a conocer la Congregación, pues son lugares a los que asisten alumnos: sacerdotes, religiosas y religiosos de Asia y las Hermanas contaban que podían estar interesados o lo podían dar a conocer en su país de origen. De esta manera nuestros folletos llegaron a Vietnam.
En el X capítulo provincial celebrado en marzo de 2005, las Hermanas presentaron la propuesta de expansión hacia ese país.
 
El Vicario General de la diócesis de Nha Trang había presentado nuestra Congregación a jóvenes vocacionadas; por lo tanto, se vio conveniente antes del capítulo provincial, ir a visitarlo para dar la información adecuada sobre la situación vocacional en aquel país. Así en el mes de diciembre de 2004 viajaron dos Hnas. para conocer a las jóvenes y sus familias.
Presentaran al capítulo la sugerencia y propuesta de establecer una comunidad en el Vietnam:
*Había jóvenes interesadas por nuestra Congre-gación; había vocaciones;
*por la fe y la generosidad que habían encontrado en las familias que habían visitado, de   ofrecer sus hijas al Señor; 
*por la buena disposición de ayudarnos en el campo vocacional tanto por parte del Vicario General de la diócesis como de la congregación Lovers of the Holy Cross, de los frailes dominicos y claretianos vietnamitas que estudiaban en Manila;
MANIFESTABAN:
Que consideraban esta oportunidad como una gracia y respuesta a la paciente, insistente y confiada oración y trabajo por las vocaciones, dado que en Filipinas se experimenta una creciente escasez de vocaciones.

El capítulo indicó en el número 100.3 de las Actas los caminos que de inmediato se podían emprender: “... comenzar el proceso de formación de jóvenes de diferentes culturas asiáticas en las comunidades de Filipinas y discernir, junto con las hermanas de este país, los pasos para establecer una comunidad en el Vietnam dentro del cuatrienio”.
 
Con esta perspectiva siguieron los contactos a través de e-mail, pero no era suficiente, era necesario hacerse presente, observar el proceso que estaban haciendo las jóvenes y discernir los pasos que convenía dar; así en abril de 2006 las Hnas. Natividad Martínez y Maribel Padernilla visitaron de nuevo Vietnam, concretamente la diócesis de Nha Trang. Sabían que había cuatro jóvenes vocacionadas e interesadas por nuestra Congregación.
 
En aquel momento ya se les propuso que la formación se haría en Filipinas, por lo tanto una condición era estudiar inglés; si estaban de acuerdo había que preparar los pasaportes, y al mismo tiempo se buscó un sacerdote que les hiciese el acompañamiento espiritual junto con una religiosa de Lovers of the Holy Cross, con el compromiso de que en el mes de octubre volveríamos y, si estaban dispuestas, sería el momento de iniciar una etapa de un mayor conocimiento de la Congregación en Filipinas.
En el mes de junio, las Hnas. Montserrat Font y Mª Ángeles Fíguls, programamos que en octubre visitaríamos las Hermanas de Filipinas, recibiríamos la profesión perpetua de las Hnas. Joyce y Cristine y seguramente podríamos pasar visita canónica a alguna de las comunidades.
 
Al coincidir nuestra estancia en Filipinas con los días que estaba previsto visitar Vietnam, creímos conveniente acompañar a la Hna. Nati para ver, in situ, las características de la vida religiosa en aquel país y concretamente la dominicana, el tipo de formación que se daba, cómo hacían el discernimiento vocacional las congregaciones y las posibilidades de una fundación.
 
Vivimos días de gracia: "hemos podido palpar y tocar la fe y la confianza en Dios, traducida en confianza hacia nosotras, de las familias que visitábamos. La acogida, la hospitalidad, la proximidad fueron valores que se hicieron patentes y nos hicieron sentir y encontrarnos como en casa".

También constamos cómo el Señor continúa llamando obreros a su viña y cómo algunas jóvenes, con los oídos abiertos, están disponibles y dispuestas a dar una respuesta generosa y seguir al Señor consagrando su vida por la causa del Evangelio. Así las jóvenes Maria Tram, Maria Thach, Maria Thu y Ana La, han comenzado una nueva etapa de conocimiento de la vida dominicana y de la Anunciata, el aspirantado, acompañadas por la comunidad de Quezon City, siendo la responsable más directa la Hna. Maribel Padernilla.
 
Ellas armonizan el estudio del inglés con las tareas de la casa, algunas clases de espiritualidad dominicana y de nuestra Congregación y nociones de música.

Para la congregación y para la provincia es un gozo la expansión del carisma y al mismo tiempo es un reto abrirse a nuevas culturas. El Señor que comenzó con el Padre Coll la obra de la Anunciata, estamos seguras que la llevará a cabo y a buen puerto.
                                                                                                   Hna Montserrat Font
 

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